El presidente Obama finalmente ha conseguido lo que los demócratas han estado tratando de hacer durante años. Ha conseguido incluso que el presidente Clinton le dé la espalda a uno de grandes logros de su administración para darle cobertura política, algo en lo que Clinton estuvo rápido. En 1996, Clinton se tuvo que comprometer y permitir los duros requisitos laborales para conseguir que se aprobase la legislación.
El 12 de julio, la administración Obama hizo pública una directiva del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) que elimina la exitosa ley de la reforma de la asistencia social de 1996. La nueva normativa de Obama permite que los estados dispensen del requisito laboral federal, el fundamento de la ley de reforma.
El mejor programa antipobreza es un empleo. Ese fue el mantra de la reforma de la asistencia social de 1996, que cambió el programa de Ayuda a las Familias con hijos Dependientes por el programa de Asistencia Temporal para Familias Necesitadas (TANF), que por primera vez requería que los beneficiarios de las asistencia social que fueran físicamente capaces trabajasen o se preparasen para trabajar para poder recibir la asistencia del gobierno.
La administración Obama realizó la semana pasada otro intento más de evadir el poder del Congreso, esta vez, para eliminar la exitosa ley de reforma de la asistencia social de 1996. Si se permite que su cambio entre en vigor, significará perder años de progreso en sacar a millones de personas de la pobreza.
La presidencia imperial de Obama ha anulado de nuevo al Congreso y a la ley. No contento con ponerse a volver a redactar las normativas de inmigración, educación y energía, ayer, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) del presidente Obama eliminó los requerimientos federales para el trabajo que eran el fundamento de la reforma de la asistencia social de la era Clinton.