El comunismo, el sistema más empobrecedor y criminal que jamás haya sido perpetrado contra los trabajadores, pasa a ser su salvador ante el malvado capitalismo, como si los comunistas no hubiesen asesinado a millones, y como si el Muro de Berlín hubiese sido construido por los capitalistas para impedir que los trabajadores oprimidos huyesen rumbo al paraíso socialista.
La manera de transformar a los enemigos en amigos y de sostener la paz es hacerles grandes concesiones unilaterales, no exigir ni esperar nada a cambio, cancelar toda conducta hostil y no tratar de cambiar la naturaleza de esos gobiernos adversarios… No creo, afortunadamente, que Obama logre imponer sus ideas, que son, parece, las de Charles A. Kupchan. Un mundo sin cabeza es mucho más peligroso.