Jim DeMint dio comienzo a su primer día como presidente de la Fundación Heritage con una carta celebrando del espíritu americano y lamentando el daño causado a nuestro carácter nacional por el Estado del Bienestar ilimitado promovido por la izquierda: “Las normativas progresistas han destruido familias y comunidades y han creado una enorme dependencia del gobierno. Volver a cohesionar a nuestra sociedad exigirá una ardua labor”.
Como Max Hastings señaló que “años de dogma liberal han engendrado una generación de jóvenes amorales, sin educación, dependientes de la asistencia social e insensibles”. Y, como Theodore Dalrymple señala: “la población cree (porque a menudo se lo han dicho los intelectuales y la clase política) que tiene derecho a un alto nivel de consumo, independientemente de su esfuerzo personal; y por lo tanto, ve el hecho de que no recibe ese alto estándar, en comparación con el resto de la sociedad, como un signo de injusticia”.