La semana pasada, el Grupo de Preparación para la Seguridad Nacional (NSPG) del Centro de Política Bipartita – una continuación de la Comisión del 11 de septiembre, informó que, 10 años después de 11 de septiembre, nueve de las 41 recomendaciones formuladas por la Comisión siguen sin cumplirse. Con números así, dificílmente se les puede dar el aprobado.
El país ha experimentado enormes cambios de seguridad nacional en nuestro devenir desde el 11 de septiembre de 2001. Ha habido una serie de éxitos. Sin embargo, los mayores desafíos siguen allí. Es decir que tenemos que superar los retos asociados con la centralización, la autocomplacencia y la política si hemos de mantenernos a la vanguardia en la guerra contra el terrorismo.
Esta nueva política atenta contra la base fundamental de nuestra nación – el Estado de Derecho. Se premia la ilegalidad y a los transgresores de la ley, anima aún más a los extranjeros a que entren ilegalmente a Estados Unidos y llega en un momento en que el presidente Obama ha comenzado su campaña de reelección con un índice tan bajo de aprobación que es esencial que obtenga una mayoría sustancial del voto hispano para un segundo mandato. Es otro ejemplo vergonzoso de colocar la política antes que la ley.