Para que el nuevo Sueño Americano de la izquierda cumpla con su promesa, Estados Unidos tendría que se completamente revisado y el carácter de sus ciudadanos alterado. Los ciudadanos enérgicos, emprendedores y decididamente autosuficientes imaginados por los Fundadores de nuestra república constitucional darían paso a unos clientes tímidos y envidiosos que mirarían cada vez más hacia un estado omnipotente en busca de su bienestar. Y ese es un futuro que no nos podemos permitir.