¿Que el Estado Islámico está actuando a la defensiva y a punto de perder? De hacer caso a los mandos militares estadounidenses, la respuesta sería que sí. Como poco, es una vergüenza que ningún militar en activo esté dispuesto a admitir lo evidente: que estamos perdiendo frente al Estado Islámico, no ganando.
Para nadie es un secreto en América Latina que diversos grupos de activismo radical de izquierda se encuentran cercanos en el terreno ideológico a la postura antioccidental del terrorismo islámico. Infestados por el pensamiento altermundista, neoindigenista y anticapitalista, los principales grupos de izquierda del continente encuentran eco en los discursos de la Hermandad Musulmana de Egipto o en las acciones asesinas del Estado Islámico del Levante (EIIL).
Ni la presión de la comunidad internacional, ni los bombardeos ni las operaciones militares sobre el terreno: el mayor golpe que ha recibido hasta la fecha el Estado Islámico (EI o también ISIS, por sus siglas en inglés) es el histórico e inesperado desplome que ha registrado el barril de petróleo en los últimos meses, ya que la venta de crudo sigue siendo la principal fuente de ingresos de este grupo terrorista.