La encuesta indica que casi tres cuartas partes de los jóvenes americanos entre 18 y 29 años pospondrán los acontecimientos importantes de la vida asociados con el Sueño Americano, por ejemplo, la compra de una casa, la preparación para la jubilación, seguir educándose, casarse y tener hijos. La encuesta también muestra que el 76% aboga por un menor gasto federal y más de la mitad está de acuerdo en que el crecimiento económico sucede con menos regulación gubernamental y una menor tasa impositiva a las ganancias.
Lo que el presidente Obama llama un plan de “trabajo” es en realidad la reedición del estímulo, al más típico estilo keynesiano, de infraestructura, construcción de escuelas, pago de maestros, subvención por desempleo y suspensiones temporales de impuestos que manifiestamente han demostrado su fracaso en los dos años y medio desde la Ley de Recuperación de los $825,000 millones.
Hace dos años, el presidente Barack Obama era audaz en su optimismo acerca del crecimiento del empleo en Estados Unidos, prometiendo que sus planes de gasto del paquete de estímulo crearían tres millones de puestos de trabajo para finales de 2010. No funcionó, el déficit de empleos de Obama está ahora en 6.7 millones de puestos de trabajo.
¿Se pregunta a quién hay que culpar de la estancada economía de hoy? No mire más allá de la Casa Blanca para saber dónde debería acabar la cadena de responsabilidad. Aunque el presidente Barack Obama levanta su dedo acusador constantemente para echarle la culpa a otros por los males de la economía nacional, sus políticas tienen la culpa de que la economía de Estados Unidos no vuelva por el buen camino.