¿Se pregunta a quién hay que culpar de la estancada economía de hoy? No mire más allá de la Casa Blanca para saber dónde debería acabar la cadena de responsabilidad. Aunque el presidente Barack Obama levanta su dedo acusador constantemente para echarle la culpa a otros por los males de la economía nacional, sus políticas tienen la culpa de que la economía de Estados Unidos no vuelva por el buen camino.
Y hoy, en Detroit, que en julio tuvo el mayor índice de desempleo de las áreas metropolitanas del país, el presidente Obama va a aparecer con varios presidentes sindicales, incluyendo Richard Trumka de la AFL-CIO, James P. Hoffa de los transportistas Teamsters y Bob King de la UAW, para pregonar su rescate de la industria automovilística y ese plan del que todavía no sabemos nada y que supuestamente va a solucionar la economía.
Mark Knoller, hizo referencia a un sombrío hito presidencial en su página web ayer por la noche. “La deuda era de $10.626 billones el día que Obama asumió el cargo. El cálculo más reciente del Departamento del Tesoro muestra que la deuda ha alcanzado los $14.639 billones”, escribe Knoller. “Es el aumento más rápido de la deuda que presidente alguno de Estados Unidos haya hecho”.