Aunque Europa necesita soluciones, desde luego que no debería estar mirando al presidente Obama en busca de respuestas. Durante su mandato, el desempleo ha subido, más gente está desempleada durante más tiempo, los precios del combustible son más altos, el costo del seguro médico ha aumentado, la deuda nacional es mayor, el gasto federal se ha incrementado, más americanos necesitan estampillas de comida, los costos de los regímenes reguladores son mayores, el valor de las casas ha descendido, la recuperación económica de Estados Unidos es históricamente lenta y aunque el gasto federal en educación ha aumentado, los resultados siguen igual de planos.
François Hollande ofrece a Francia un Estado omnipresente de pesadilla y el pueblo francés lo está aceptando alegremente. Las promesas gubernamentales de Hollande son un símbolo de todo lo que está mal con Europa en la actualidad y él es un representante de la decadencia de la UE, propugnando una política que es la antítesis de la libertad económica.
Hollande, por el contrario, prometió subir los impuestos a las grandes empresas y a las personas adineradas, implementar un tramo fiscal del 75%, incrementar el gasto público en 20,000 millones de euros, subir el salario mínimo, contratar 60,000 profesores más y bajar la edad de jubilación de los 62 a los 60 años para algunos trabajadores. Dice que es “el presidente de los jóvenes de Francia” y cree que el estímulo público es el modo correcto de alcanzar el crecimiento económico, no vía recortes de gastos.
¿Por qué la eurocrisis no va a desaparecer tan fácilmente? Porque incluso si los griegos y los demás adoptasen cada una de las efectivas políticas de crecimiento conocidas por la humanidad, aún así se quedarían con su problema de devaluación por resolver. Ningún fondo de rescate financiero de ningún tamaño puede resolverlo. Ninguna cantidad de recapitalización bancaria puede resolverlo. Los países en cuestión deben decidir qué devaluación llevar a cabo: externa o interna. La primera requiere abandonar el euro. La segunda probablemente lleve a una revolución y luego a la salida del euro.