En todo Estados Unidos, las familias están balanceando sus presupuestos e incluso saldando sus deudas. Desde el pánico financiero de 2008, la deuda privada ha caído a medida que los americanos se han ido apretando el cinturón y devolviendo sus préstamos. Por desgracia, algunos se tuvieron que declarar en bancarrota debido a que sus deudas se hicieron demasiado grandes. Pero Washington no se puede declarar en quiebra; en cambio, debe seguir el ejemplo de millones de americanos y reducir el gasto para vivir dentro de sus posibilidades.
Se esperaba que el presidente Obama hiciera una defensa del aumento del límite de la deuda en la rueda de prensa de ayer por la mañana. Toda esta situación viene a consecuencia de que los republicanos de la Cámara de Representantes han ido supuestamente sopesando la posibilidad de los “impagos” y del “bloqueo del gobierno”. Aunque es alentador que los conservadores se estén preparando para la lucha política, es importante que los responsables políticos y la opinión pública sigan teniendo perfectamente claros esos dos términos.
El gasto federal concentrado en los 47 programas creadores de dependencia del gobierno, que incluyen ayudas para la vivienda, subsidios agrícolas y derechos a beneficios, constituyen ya más del 70.5% del total de los gastos federales desde 2010, según el Presupuesto Federal en Gráficos (2012) de la Fundación Heritage.
La palabra clave de esta noche fue “inversión”. El presidente usó cuidadosamente esta palabra para describir cómo piensa enfrentar el tema principal en la mente de todos los estadounidenses: la economía. Con una tasa de desempleo a nivel nacional casi alcanzando el 10% y en la comunidad hispana casi el 13%, el presidente muy astutamente se concentró en cómo piensa cambiar el muy equivocado rumbo de nuestro país. Lamentablemente, parece que el presidente aún no está completamente listo para abandonar la premisa impulsada por la izquierda: tenemos que gastar y …