Los medios de comunicación financieros están descubriendo que la China se ha atrapado a sí misma en una perjudicial política monetaria, uniéndose así a la larga lista de países en esa misma situación. Lo siguiente es que los medios de comunicación deberían comprender que la China no se enfrenta a una crisis sino a un problema a largo plazo para deshacer los efectos de malas decisiones tomadas a lo largo de varios años.
Si el pasado es prólogo, la obsesión actual con el gasto deficitario keynesiano como estímulo desaparecerá, como siempre lo ha hecho en el pasado, tanto en este país como en otros lugares. Tal vez este sencillo artículo del Washington Post marque el comienzo del fin de la más reciente encarnación de este disparate fiscal.
el presidente Obama no parece receptivo a recibir consejos ni parece estar familiarizado con la historia — sea la de hace 10, 20, 40 o 90 años, ni siquiera su experiencia de los últimos tres años. En vez de eso, culpa a los torpedos y continúa poniendo en práctica su agenda progre que ha demostrado ser un fracaso. Como ha sucedido durante los tres años pasados, los americanos pagarán el precio.
Fiel a su ser, el presidente Obama hizo ayer lo que mejor hace: Pronunció un florido discurso y sacó a relucir su poderío retórico. Es un talento que le ganó la presidencia, pero desafortunadamente eso no le ha ganado el futuro al pueblo americano. Y eso es debido a que la base filosófica del presidente está profundamente errada.
Las políticas de la administración de Obama han fracasado hasta este punto y un estancamiento a largo plazo al estilo de Japón también podría producirse a menos que haya un fundamental cambio de rumbo y se tomen pasos decisivos. Los dos pasos más importantes son detener las arremetidas reguladoras del gobierno federal y poner el presupuesto federal en un camino creíble hacia el equilibrio mediante la reducción del gasto de forma rápida y constante.