Como líder del movimiento que finalmente acabó con la segregación, Martin Luther King Jr. se sitúa entre figuras de la talla de los Padres Fundadores y Abraham Lincoln, como defensor de los ideales americanos. Su compromiso con los principios de la fundación de Estados Unidos es admirado por todos y se ha ganado el justo reconocimiento de tener un feriado en el calendario nacional.
Estoy feliz de reunirme hoy con Uds. en la que pasará a la historia como la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestra nación. Hace cien años, un gran americano, bajo cuya simbólica sombra hoy nos encontramos, firmó la Proclamación de Emancipación. Este trascendental decreto llegó como un gran faro de esperanza para millones de esclavos negros que se habían marchitado en las llamas de una injusticia abrasadora. Llegó como un gozoso amanecer para acabar con la larga noche de su cautiverio.
Hoy en día, muchas personas piensan que la igualdad de derechos no es suficiente y exigen igualdad de resultados. Ellos ven las desigualdades, ya sea en ingresos o nivel educativo, como signo de injusticia. Tales afirmaciones son erróneas. Como todos somos diferentes, las desigualdades son el resultado natural de vivir en una sociedad libre.