El papa Francisco lloró ante las imagenes de cristianos crucificados en Siria. Los católicos del mundo, más conmovidos por la imagen de Francisco que por aquellas de las victimas de la barbarie, han expresado en las últimas horas su indignación, no sólo con aquellos que han cometido estas atrocidades sino ante la falta de coraje de la Casa Blanca y de los líderes del mundo.