Es conveniente que los latinoamericanos aprendamos de una vez una lección bastante obvia: la estructura republicana es muy frágil y sólo se sostiene a largo plazo si las sociedades son capaces de segregar gobiernos que acepten y cumplan las reglas que le dan sentido y forma a esa manera de organizar la convivencia.
Contrariamente a lo que afirmó el presidente Obama la semana pasada en un discurso en la Universidad Knox, la persecución política a organizaciones conservadoras por parte del Servicio de Impuestos Internos (IRS) no es un “falso escándalo”. Es un auténtico escándalo que pone la atención sobre el peligro de un gobierno federal todopoderoso, particularmente en el caso de una agencia como el IRS, que tiene poderes extraordinarios para destruir y apoderarse de la propiedad, la vida y las empresas de los ciudadanos americanos.