Hay que lograr que Estados Unidos pueda mantener una sólida presencia militar más allá de 2014 para realizar misiones de entrenamiento y antiterrorismo. Esta es una estrategia mucho más prometedora que entablar negociaciones con pocas posibilidades de éxito con los talibanes y que probablemente sólo serían exitosas dándoles mayor legitimidad política a ellos y a su ideología extremista.