La semana pasada, el Grupo de Preparación para la Seguridad Nacional (NSPG) del Centro de Política Bipartita – una continuación de la Comisión del 11 de septiembre, informó que, 10 años después de 11 de septiembre, nueve de las 41 recomendaciones formuladas por la Comisión siguen sin cumplirse. Con números así, dificílmente se les puede dar el aprobado.
Tanto si se trata de terremotos como de ataques terroristas, Estados Unidos debe estar preparado ante las amenazas al territorio nacional. Pero acertar con los sistemas y respuestas de seguridad interior está entre los más difíciles problemas para Washington. El exceso de centralización, la omnipresente complacencia y el arraigado politiqueo se interponen a la hora de conseguir una seguridad interior más efectiva. Ahora es el momento de que Washington se asegure de hacer lo correcto en vez de esperar a que golpee la catástrofe.