Las tareas son algo aburrido. Basta preguntarle a cualquier niño: ¿Preferirías quedarte pegado a una mesa haciendo largas divisiones o jugar a los videojuegos con tus amigos? Pero ni siquiera los niños –a los que les encanta quejarse a sus padres sobre lo que es justo y lo que no– irían tan lejos como para decir que tener que hacer la tarea es injusto. Así que deje que lo diga un adulto. Pero no cualquier adulto, sino el presidente de Francia, François Hollande.