El veredicto de ayer en el juicio del cabo Bradley Manning es un importante hito en el actual debate sobre el manejo de información secreta.
El tribunal militar halló a Manning culpable de casi todos los cargos y acusaciones presentados contra él, pero no culpable de lo que se podría decir que era la acusación más grave: ayudar al enemigo. Todo ello en relación con la filtración, admitida por el mismo Manning, de miles de documentos clasificados a Julian Assange y su página web WikiLeaks.