La verdadera educación consiste en poner todas las ideas bajo el microscopio de la razón, no librar al mundo de todo lo que no se ajusta a los deseos de uno. Esto último lleva a la tiranía porque hace que todos los demás se dobleguen a los propios intereses y deseos desenfrenados, cualesquiera que sean.
Desde principios del siglo XX, el proceso se ha democratizado, eliminándose muchos de los sistémicos controles en el arte de gobernar. Este cambio parece haber dado alas a la demagogia y ha empoderado al Poder Ejecutivo, centralizando el poder político, cosa que nuestros Fundadores quisieron evitar. Fortalecer a los partidos políticos podría ofrecer protección contra tal comportamiento.