Nuestro gobierno no es responsable del contenido de las películas que se hacen, los libros que se escriben o los blogs que se publican por parte de los americanos. Ni debería condenar ni justificar el contenido de la libertad de expresión. Este es un mensaje complicado, pero se trata de algo que en el extranjero necesitan oír una y otra vez.
Una de las escenas que más llama la atención de la película 2016: Obama’s America es la que muestra la cumbre nuclear del presidente del año 2009. La idea que estaba detrás de la cumbre era que si Estados Unidos lideraba al mundo con la reducción de su arsenal nuclear, otros lo seguirían. Estaríamos creando una igualdad de condiciones, creando un mundo en el que muchos países tendrían el mismo poder y llegaríamos finalmente, según Obama, a un “mundo libre de armas nucleares”. Por supuesto, el presidente también prometió que revertiría el calentamiento global y que frenaría la subida del nivel del mar.
La ventaja competitiva de Estados Unidos ya no es lo que solía ser. El Foro Económico Mundial (WEF) informó de que Estados Unidos cayó de la quinta a la séptima posición, lo que supone el cuarto año consecutivo de caída en la clasificación. Entre los diversos motivos para esta caída, el principal es el doble golpe que supone una deuda por las nubes y la incertidumbre existente entre las empresas de que Washington vaya a abordar los problemas fiscales y económicos del país.