Dados los significativos recortes que pide el presidente para un ya infradotado ejército, es de vital importancia que el pueblo americano sepa dónde se sitúa Panetta en lo referente al gasto de defensa antes de ser confirmado en el cargo. Y es responsabilidad del Senado asegurarse de que se hagan esas preguntas.
Las consecuencias de la ciberguerra son demasiado terribles para que Estados Unidos espere a aprender de los errores. Si empezamos a perder las ciberbatallas frecuentemente, puede significar el final de Estados Unidos tal como lo conocemos. La seguridad de los datos de un país es un arma virtual y estamos indefensos sin ella.