El énfasis del Tea Party en la libertad individual y el gobierno constitucional ha dado lugar a un importante cambio de paradigma en la política doméstica. Un cambio como ese es necesario también en la política exterior. En resumen, el Tea Party puede y debería ayudar a moldear el papel de Estados Unidos en el mundo. Sin embargo, es sólo comprendiendo correctamente los fundamentos de política exterior establecidos por los Fundadores que el Tea Party puede abogar con éxito por un enfoque compatible con los principios fundacionales de Estados Unidos.
La visión de Tony Blair de un superestado europeo es una pesadilla para cualquier persona a la que le importe el futuro de Gran Bretaña como país libre, regido por sus propios representantes elegidos en las urnas y este gobierno y el siguiente, así como las generaciones venideras deberán combatir activamente contra esa visión.