Cuando era jefe de gabinete del presidente Obama, Rahm Emanuel realizó esta declaración perturbadoramente honesta: “Nunca hay que desaprovechar una grave crisis”. Sin embargo, la histeria en torno al informe más reciente de la administración sobre el calentamiento global supone una variación del dicho: “Nunca pierda la oportunidad de crear una grave crisis”.
En su discurso en la Universidad Knox, el presidente Obama presentó su plan para convertir a Estados Unidos en Detroit: unos impuestos más altos, un gasto mayor, un aumento de los salarios mínimos, más mandatos y volver a trazar el camino hacia la posibilidad de escalar socialmente mediante unos programas que ya se han probado y han fracasado.
La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) hizo público el pasado viernes un informe sobre empleos verdes que tiene a los defensores de todo lo verde entusiasmados de un modo que no deberían si realmente leyeran más allá de la primera página.
Como hemos observado repetidamente, la información de la BLS sobre empleos verdes es tan estrambótica que sus resultados finales carecen de sentido.
A la gente del “piensa globalmente” se ponen intolerantes cuando la historia del calentamiento global no suena tan aterradora como la local. Los activistas del cambio climático tomaron el reciente informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), que muestra que 2012 ha sido el año más cálido registrado en la región continental de Estados Unidos, hicieron un truco de prestidigitación geográfica y le dieron vueltas hasta convertirlo en una historia como la de la película Chicken Little pero esta vez acerca del calentamiento global.