Los Fundadores de Estados Unidos sin duda creían que una red de seguridad mínima era deseable. Sin embargo, ellos verían el enfoque actual sobre los ingresos dispares de crecimiento, como fuera de lugar y perniciosos. La prosperidad es inseparable de la desigualdad económica, y a la inversa, la igualdad económica forzada tiende hacia la pobreza.
Entre políticos y académicos, la filosofía keynesiana es lo universalmente aceptado. Sin embargo, sus repetidos fracasos en años recientes han dejado a los americanos buscando una explicación alternativa al keynesianismo y es algo que su sentido común ya les dice a gritos: Gastar no es la vía a la prosperidad económica, ya sea un gasto de $447,000 millones o de $845,000 millones.