Este año será decisivo para la política escolar en Chile. Los terribles efectos de la ley 20.845 se sentirán en todo el país. Serán todas las familias las que sentirán la angustia por saber si sus hijos continuarán o no estudiando en la escuela de su elección. Por suerte este año hay elecciones generales en Chile, algo que a muchas familias les dará la esperanza de hacer oír su voz en las urnas y volver a poder escoger la educación que desean para sus hijos.
La actual preocupación respecto a la prohibición de la selección en todo el sistema escolar recién instaurada, es evidencia de la improvisación con que se legisla. Pero además, hace resaltar un elemento muy perjudicial, a saber, la arrogancia propia de quienes pretenden saber qué es lo que más les conviene a los demás.
Las deficiencias de los sistemas educativos públicos son observables en todo el mundo. El pasado 14 de febrero The Economist publicó un artículo titulado Those Who Can en el cual se revela que muchos profesores mexicanos heredan sus puestos de trabajo, que la cuarta parte de los profesores indios sufren de una ausencia laboral crónica y que en Nueva York es casi imposible despedir a un profesor, incluso a aquellos que hayan sido sorprendidos robando en el interior de las escuelas.