La arrogancia de las hipótesis del progresismo se puso de manifiesto al final de la ya trsitemente célebre conferencia de prensa del presidente Obama el 14 de noviembre. Sin la ayuda de su teleprompter, el presidente que osó rehacer la sexta parte de la economía de Estados Unidos hizo esta cándida confesión: “Lo que también estamos descubriendo es que comprar un seguro es complicado”.
Los líderes de ambos partidos aceleraron la aprobación del nuevo acuerdo presupuestario que ahora ya es el nuevo patrón de comportamiento de la clase política de Washington: aprobar algo rápidamente antes de que el pueblo se entere de lo que contiene. Si alguna vez se ha preguntado cómo ha llegado Estados Unidos a tener $17 billones de deuda, ahora ya lo sabe.