Los cubanos han vivido en una isla desierta informativa durante más de 50 años. Diez millones de personas, en su momento una parte dinámica del mundo, en sintonía con éste y que recibía información e incluso inmigrantes, quedaron aislados en cuanto Fidel Castro tomó el poder en 1959. Y que el mundo no haya hecho nada para ayudarlos tras cinco décadas de opresión es un ultraje.
La Fundación Heritage ha publicado el siguiente comunicado:
Nuestra visión en la Fundación Heritage es la de forjar un Estados Unidos donde la libertad, la oportunidad, la prosperidad y la sociedad civil florezcan. Creemos que todas las personas son iguales y que todos deben tener igualdad de oportunidades para alcanzar la escalera del éxito y subir tan alto como sus sueños se lo permitan.
Después de los atentados de Boston, muchos se están preguntando cómo alguien que vino a Estados Unidos con 9 años, asistió a algunas de nuestras mejores escuelas, fue capitán de su equipo de lucha libre, fue al baile de graduación y obtuvo la ciudadanía americana, pudo haber infligido un ataque tan devastador a nuestra sociedad. Las pruebas que están apareciendo sugieren que parte de la respuesta está en que nadie durante la última década le enseñó a Dzhokhar Tsarnaev a amar a Estados Unidos o, al menos, no se hizo una buena labor.