No parece que haya ninguna faceta de la vida humana que haya escapado sana y salva de este gobierno progresista, ya que carece del principio inherente de la limitación. Si la obesidad o la salud son cosas que el pueblo americano no se toman lo suficientemente en serio, es trabajo del gobierno dar un paso adelante y obligar a que nos preocupemos. O si este no puede obligar con ese propósito, al menos impedirá que elijamos “incorrectamente”.