Tenemos acuerdo. Un acuerdo mucho peor del que nos imaginábamos. Es un acuerdo que otorga al régimen iraní 140,000 millones de dólares a cambio de… nada palpable: No se desmantela el programa nuclear iraní, no hay inspecciones a ningún sitio ni en ningún momento, no se frena el programa iraní de misiles balísticos, no se mantiene el embargo de armas, no se detiene el patrocinio iraní del terror.
En su discurso del 31 de agosto anunciando el fin de la “misión de combate” en Iraq, el presidente Obama sostuvo que los esfuerzos militares que la nación ha hecho desde el 11 de septiembre nos han privado “de invertir en nuestro propio pueblo y han contribuido a alcanzar déficits históricos”. Como dice claramente el nuevo libro de Bob Woodward Obama’s Wars (Las guerras de Obama), una mentalidad similar impregnó la estrategia del presidente para Afganistán: Su respuesta ante la necesidad de una presencia militar americana a largo plazo fue: …