Las cifras de hoy sobre crecimiento del empleo son buenas noticias, son el equivalente de ganar una carrera con un bloque de concreto amarrado a una pierna. Por supuesto que uno puede llegar a la meta, pero podría haberlo hecho mucho más rápido si se hubiese desprendido del peso muerto. La economía de Estados Unidos está luchando por liberarse del peso muerto de la deuda, el gasto insensato, la incertidumbre, el exceso de regulación administrativa, los altos impuestos y un código tributario complejo y contraproducente.
Esta erosión de libertades religiosas básicas a manos de la burocracia de Obamacare es la clase de choque de gobierno versus libertad religiosa que los Fundadores ya previeron cuando, en la Primera Enmienda de la Constitución, establecieron que “El Congreso no hará ley alguna con respecto a la adopción de una religión o prohibiendo el libre ejercicio de dichas actividades”. A pesar de esa prohibición, la administración Obama ha impuesto su voluntad a las mismas instituciones que la Primera Enmienda intenta proteger.