La semana pasada, Pekín anunció que un caza J-15 había sido lanzado y había aterrizado con éxito desde su nuevo portaaviones, el Liaoning. El anuncio, acompañado de videos, deja claro que China ha dedicado recursos sustanciales (tanto financieros como humanos) para alcanzar su objetivo de operar con portaaviones.
Los tratados internacionales parecen una buena idea, especialmente cuando afirman proteger a las personas vulnerables. El problema es que Estados Unidos ya hace más que cualquier otro país por garantizar la igualdad de derechos de su pueblo y la ONU sólo quiere tener el poder de interferir en la legislación americana.