La libertad religiosa y el respeto a la libertad de conciencia deben ser fomentadas y protegidas, tanto en la sociedad civil como en el derecho y la política, como forma efectiva y acorde con nuestros principios para promover la paz social y la fraternidad cívica en una sociedad cada vez más pluralista.
Los programas antipobreza del gobierno comparten la equivocada idea de que la pobreza en América es fundamentalmente un problema material que se puede resolver con aumentos de la ayuda social y del gasto de derechos a beneficios. La pobreza en América es a menudo el resultado de un problema de relaciones, como la ausencia paterna o la descomposición de la comunidad, que los programas gubernamentales no pueden abordar adecuadamente.
“Hemos llegado al momento de tomar una decisión en América. Durante demasiado tiempo, el Congreso ha estado inmerso en una insostenible borrachera de gasto, impuestos y préstamos. Nuestra nación va camino de la quiebra y estamos pasando los costos de esta equivocada política a nuestros hijos y a sus hijos