La Cámara está en una esquina. El presidente está en otra. Pero los senadores marcaron tarjeta y se fueron de vacaciones a casa en vez de atender los asuntos del pueblo y alcanzar un compromiso. Aunque el presidente Obama querría que creyésemos que la culpa reside en la Cámara, es el Senado el que no ha cumplido su cometido. Y por el bien del pueblo americano, deberían volver a Washington y ponerse manos a la obra para alcanzar un acuerdo.
Los medios de comunicación oficiales de Corea del Norte anunciaron que Kim Jong-il, el líder del país desde hace mucho, murió el sábado de “sobreesfuerzo físico y mental”. Aunque Kim tenía varios problemas de salud, especialmente tras un ictus en agosto de 2008, se le veía activo en reuniones recientes. Por ello, el sorpresivo suceso preocupa por su impacto en la transición en marcha de liderazgo en Pyongyang, la estabilidad del régimen y las políticas de seguridad y de relaciones exteriores norcoreanas.
El código tributario de Estados Unidos necesita ser reformado, pura y simplemente. El actual sistema fiscal desalienta el ahorro, la inversión y el espíritu emprendedor. Es un freno a la productividad, el crecimiento del empleo, la competitividad internacional y los salarios. Es complicado más allá de lo imaginable y eso tiene que cambiar. La buena noticia es que hay una solución que puede constituir el fin del complejo código tributario americano de una vez por todas: El “Nuevo impuesto único”(flat tax) de la Fundación Heritage.
Parte de una agenda a largo plazo para contener el gobierno es una adecuada y bien pensada enmienda a la Constitución que mantenga el gasto federal bajo control en años subsiguientes. De hecho, la principal razón para adoptar una enmienda constitucional de presupuesto balanceado es limitar el tamaño y ámbito del gobierno federal mediante la limitación de su gasto.