La reciente publicación de los resultados de la Comisión de Investigación de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos en Corea del Norte (COI) ha confirmado que el régimen de Kim ha cometido crímenes contra la humanidad. El informe hace que los abusos contra los derechos humanos en Corea del Norte queden fuera de toda duda y sus atroces descubrimientos deberían obligar a que la comunidad internacional tome medidas. Sin embargo, pocas medidas se han tomado hasta ahora.
Los fragmentos dados a conocer de un nuevo y revelador libro causaron ayer sensación en Washington. El exsecretario de Defensa Robert Gates ataca al parecer al presidente Obama por su política exterior y su manejo de las fuerzas armadas de Estados Unidos en su próximo libro, Duty: Memoirs of a Secretary at War (Deber: Memorias de un secretario en guerra).
No obstante, como comentó el analista de la Fundación Heritage James Jay Carafano, “No se necesita un libro del exsecretario de Defensa para saber que muchas de las decisiones que Obama tomó mientras Gates estuvo en el cargo fueron un desastre”.
El capitán Louis Renault se mostraba “escandalizado, escandalizado” al descubrir que se seguía jugando en “Casablanca” y lo mismo sucede con los investigadores de Naciones Unidas que examinan los abusos contra los derechos humanos en Corea del Norte. El mes pasado, una Comisión de Investigación oficial de la ONU proclamó el “escandalizado” testimonio de las “extendidas y graves violaciones” contra los derechos humanos de su pueblo por parte del régimen de Pyongyang. Pero ¿qué es más perturbador, los detalles conocidos desde hace tanto tiempo de la brutalidad de Pyongyang o que sólo ahora vaya a investigarla la ONU?