El 12 de julio, la administración Obama hizo pública una directiva del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) que elimina la exitosa ley de la reforma de la asistencia social de 1996. La nueva normativa de Obama permite que los estados dispensen del requisito laboral federal, el fundamento de la ley de reforma.
La libertad religiosa es un derecho fundamental garantizado por la Primera Enmienda de la Constitución, no es un mero “valor” cuya importancia está sujeta a la devaluación por parte de una determinada normativa de la administración. Lamentablemente, una devaluación de este principio básico es exactamente lo que hemos estado viendo por parte de la administración Obama, que un año después de que tal apoyo de boca para afuera a la libertad religiosa se ha mantenido firme a su mandato original a pesar de las amplias e intensas protestas religiosas en su contra.
Como comentó Milton Friedman, sólo veremos mejoras en la educación “privatizando un importante segmento del sistema educativo, en otras palabras, habilitando una industria comercial privada que desarrolle aquello que proporcione una amplia variedad de oportunidades de aprendizaje y ofrezcan una competencia efectiva a las escuelas públicas”.
Más de 50 demandantes (con y sin ánimo de lucro por igual) han acudido a la corte contra el mandato del HHS. Al obtener un amparo judicial que impide el cumplimiento del mandato sobre su empresa mientras el caso llega al juicio, Hercules ha demostrado la fortaleza del desafío de la libertad religiosa contra Obamacare.