La inmigración legal puede traer importantes beneficios culturales y económicos a Estados Unidos y los inmigrantes. Los americanos viven y celebran acertadamente los valores de Estados Unidos, incluido el gobierno limitado, la libertad personal y la libre empresa y atraen a otros para que se nos unan. Estamos unidos por la fe en nuestros documentos fundacionales y nuestro credo de que todos los hombres son creados iguales. Como expresó Ronald Reagan, “Entre los inmigrantes que han enriquecido de este modo a Estados Unidos se incluyen personas de todas las razas, credos y orígenes étnicos”.
Como gastamos más de la cuenta —en otras palabras, el gobierno gasta más de lo que los contribuyentes aportan— tenemos que estar oyendo cosas como que “hay que volver a subir el límite de la deuda”. Si parece que cada dos por tres estamos con el mismo tema. Pues sí, es que lo estamos porque nuestros políticos nunca arreglan el problema de la deuda de Estados Unidos.
Los expertos no siempre pueden predecir exactamente cómo afectará la normativa pública a la nación, a pesar de poner nuestro mejor empeño. Pero en lo que respecta a la política de inmigración, ya hemos intentado muchos de los tipos de reformas defendidas por el actual proyecto de ley de la Banda de los Ocho, por lo que deberíamos considerar los efectos que estas reformas tuvieron en el pasado.
El día 15 de mayo se cumplió el primer aniversario de la puesta en marcha del Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia (FTA). Durante estos 12 meses, un creciente número de empresas de ambos países han tomado medidas para sacar el máximo rendimiento a las nuevas oportunidades para el libre flujo de productos, servicios e ideas creado por este pacto comercial.