Esos intelectuales han sembrado la semilla de la desesperación en una gran caja de resonancia occidental. Desde los atentados del 11 de septiembre hasta las más recientes matanzas en suelo europeo, los occidentales asesinados son presentados como simples víctimas colaterales de una guerra entre “el sistema” y los parias de la Tierra, que sólo están reclamando su lugar en la mesa.