“Cuando no puedas hacer que vean la luz, haz que sientan el calor”. Ayer, el sensato consejo del presidente Ronald Reagan sonaba verosímil. Los activistas de base y de grupos conservadores, liderados por Heritage Action for America (Acción por América de Heritage), desbarataron el plan para subir los impuestos a ciertos americanos y a los pequeños negocios.
La ciudad de Atlanta, Georgia recientemente fue anfitriona de una exitosa conferencia organizada por la Fundación para la Paz Global (Global Peace Foundation) y que contó con la presencia de más 800 invitados representando a más de 40 distintos países. Reunidos con el fin de fomentar una agenda centrada en más democracia y libertad, la Fundación para la Paz Global trabaja con grupos cívicos, organizaciones sin fines de lucro y diversos centros de estudios para lograr esta ambiciosa meta.
A última hora de hoy, la Cámara de Representantes, liderada por los republicanos, votará sobre el “Plan B”, la más reciente e insatisfactoria propuesta presentada por el vocero John Boehner (R-OH) para evitar el abismo fiscal. El plan de Boehner protegería a la mayoría de americanos, excepto a los millonarios, de la subida de impuestos. Pero incluso este es un mal arreglo, pues ignora el problema real: el gasto.