Grupos de manifestantes irrumpieron hoy en la Embajada de Estados Unidos en Yemen e incendiaron el edificio. Al igual que hizo la turba del martes en Egipto, derribaron la bandera americana. También están circulando informes de una protesta espontánea hoy en Teherán con alrededor de 500 iraníes cantando “Muerte a Estados Unidos”. Mientras tanto, un antiguo mentor de Osama bin Laden pidió a sus seguidores que imitaran lo sucedido en Libia y Egipto.
La cuestión a la que nos enfrentamos hoy en día es si el federalismo está vivo todavía en nuestra actual república. ¿Pueden el tamaño y el alcance del gobierno nacional ser devueltos a los límites constitucionales? ¿Qué pueden hacer los estados para frenar la expansión invasiva del gobierno central en áreas de tradicional control estatal? ¿Cuán peligroso es esto para nuestra supervivencia en el tiempo como nación soberana?
Las muertes en Bengasi, Libia, del Embajador de Estados Unidos en Libia y de otras personas al servicio de Estados Unidos nos proporcionan un trágico recordatorio de los grandes sacrificios que los diplomáticos, las fuerzas armadas y el personal de inteligencia de Estados Unidos que sirven en el extranjero, hacen para defender a Estados Unidos y sus intereses en todo el planeta.