No hemos sido capaces de entender, o de explicar, cómo se crea la riqueza, y cómo los recursos nunca están dados de una vez y para siempre, porque el principal recurso, el talento humano, ha demostrado una potencia creativa que nunca ha dado muestras de agotamiento. Julian Simon ironizaba sobre esta incomprensión al observar que mucha gente cree que la humanidad se enriquece cuando nace un ternero pero se empobrece cuando nace un niño.