Ayer, el presidente Obama nombró a un nuevo embajador en Libia para suceder a Christopher Stevens, que fue asesinado en el atentado terrorista de Bengasi del pasado 11 de septiembre. Seis meses después de ese atentado (y dos investigaciones federales más tarde) seguimos disponiendo de una cantidad de información alarmantemente escasa sobre el suceso.
“El matrimonio existe para unir a un hombre y a una mujer como marido y esposa para que sean padre y madre de cualquier hijo que produzca su unión. Se basa en la verdad antropológica de que hombres y mujeres son distintos y complementarios, en el hecho biológico de que la reproducción depende de un hombre y de una mujer y en la realidad social de que los hijos necesitan a una madre y a un padre”.
Mientras los miembros del Congreso están discutiendo sobre dejar de financiar ciertas partes de Obamacare, a los estados ya les ha llegado la hora de la verdad. Los gobernadores y las asambleas estatales están teniendo que tomar decisiones muy complicadas para poder establecer los sistemas especializados de atención médica del gobierno y ampliar el programa de Medicaid.
A primera vista, el presupuesto desvelado hoy por el presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes Paul D. Ryan (R-WI) propicia las tan necesitadas reformas y consigue de una manera importante el objetivo vital de balancear el presupuesto en el plazo de una década, aunque en esto dependa parcialmente de las subidas de impuestos de Obama. No se trata de una solución milagrosa, sino de un presupuesto estático, en lugar de ser un plan audaz que se base en reformas de años anteriores.