Los Fundadores de Estados Unidos querían establecer un país que pudiera perdurar durante generaciones y comprendían que una enorme deuda podría poner en peligro su proyecto. Sabían que administrar las finanzas públicas para obligar al gobierno a vivir dentro de sus posibilidades era el modo más prudente de proceder.
El tiempo pone a cada uno en su sitio. Y a medida que el centro de atención del Congreso parece alejarse de los estragos de Obamacare sobre la economía, los americanos van comprendiendo por qué la puesta en marcha de la ley de salud de Obama se pospuso hasta después de las elecciones presidenciales.