El presidente Obama cree en realidad que el gobierno federal no sólo puede desarrollar las regulaciones apropiadas para proporcionarnos ciberguridad sino que debería supervisar por completo a las empresas e infraestructuras de Estados Unidos como parte de dicha iniciativa. Como la investigación de la Fundación Heritage ha demostrado, el gobierno está repleto de fallas en lo que respecta a proteger sus propias redes. ¿Por qué puede pensar alguien que el gobierno de algún modo haría un mejor trabajo regulando el sector privado? Sr. Presidente, deje este asunto en manos del Congreso.
La administración Obama ha utilizado las compañías automovilísticas para avanzar en su agenda política. Como observó el analista de la Fundación Heritage James Gattuso, “la influencia política ha sido evidente en todos los aspectos, desde la selección de los concesionarios hasta enfrascarse en la comercialización de los discutibles, aunque favorecidos por la administración, vehículos ‘verdes’”.