todas las estrategias de la administración y de sus aliados progresistas consisten en cómo transmitir mejor el mensaje de esta odiada ley según se aproxima el aniversario de su aprobación y mientras la Corte Suprema esté escuchando los argumentos orales sobre su constitucionalidad. Ojalá la administración pusiera el mismo empeño en bajar los precios del combustible o en crear empleos.
La Fundación Heritage ha elaborado un plan para arreglar la deuda, reducir el gasto y restaurar la prosperidad. Balancea el presupuesto de la nación en el espacio de una década – y lo mantiene balanceado. Reduce la deuda y recorta el gobierno a la mitad. Elimina el seguro médico impuesto por el gobierno y financia por completo la defensa nacional, simplifica el código tributario y le planta cara al desafío de los programas de derechos a beneficios.
Aunque cualquier crecimiento económico y cualquier creación de empleo sean bienvenidos, una recuperación con un incremento apenas perceptible no ofrece mucha esperanza para aquellos americanos que no pueden sentir, ver o alcanzar los frutos de la recuperación. Millones permanecen desempleados en la economía de Obama y Washington puede y debería hacerlo mejor en beneficio del pueblo americano.
Se podría decir que el presidente Obama jamás ha visto una subida de impuestos con malos ojos, ya sea dejar que los recortes de impuestos de 2001 y 2003 expiren, insistir en mayores impuestos para los creadores de empleo y, como ayer, apelar al Congreso para subir los impuestos a la industria petrolera. Pero con todo lo que el presidente quiere subir los impuestos, la Fundación Heritage ha descubierto que hay incluso más subidas de impuestos ocultas en su presupuesto, sumando un total de $2 billones en mayores impuestos.