Según explica El Índice 2010 de Dependencia del Gobierno, elaborado por la Fundación Heritage: “Es la conjunción de estas dos tendencias –un mayor gasto de programas que crean dependencia y un número cada vez menor de contribuyentes que pagan por estos programas— lo que preocupa a aquellos interesados en la suerte de la forma de gobierno de Estados Unidos”.
Esta semana, el reloj de la deuda nacional de Estados Unidos marcó un hito de pesadilla: la cifra récord de $15 billones. No basta con palabras para describir el alcance del endeudamiento debido al gasto federal, pero es indudablemente una asombrosa cifra que ha crecido drásticamente en la pasada década y es más de $4 billones más grande que cuando el presidente Barack Obama llegó al cargo hace tres años.
A principios de este año, la Fundación Heritage formuló su propio plan que logra mantener bajo el gasto bajo sin necesidad de tener que aumentar los impuestos para acabar con el déficit: Para Salvar el Sueño Americano: El Plan de Heritage para arreglar la deuda, reducir el gasto y restaurar la prosperidad.
Las políticas de la administración de Obama han fracasado hasta este punto y un estancamiento a largo plazo al estilo de Japón también podría producirse a menos que haya un fundamental cambio de rumbo y se tomen pasos decisivos. Los dos pasos más importantes son detener las arremetidas reguladoras del gobierno federal y poner el presupuesto federal en un camino creíble hacia el equilibrio mediante la reducción del gasto de forma rápida y constante.