En un mundo competitivo a nivel global, la competencia es la clave. Y para que exista esa competencia es fundamental el Estado de Derecho, según Myron Brilliant, vicepresidente titular para Asuntos Internacionales de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, que habló recientemente en un evento celebrado por la Fundación Heritage.
“El presidente Obama respalda el facilitar que los extranjeros que obtengan una maestría o un doctorado en las universidades de Estados Unidos puedan conseguir “tarjetas verdes” (o sea la residencia permanente), como propone un grupo de senadores de ambos partidos que está trabajando en esa reforma”, comenta Kevin Sullivan en The Washington Post. “Sin embargo, la solución respecto a cómo redactar reformas integrales que abarquen tanto a los inmigrantes calificados como a los que no lo son, se encuentra estancada debido a luchas partidistas internas”.
El presidente Obama ha estado eludiendo al Congreso de todas las formas que ha podido encontrar. Una de ellas es abusar del poder presidencial de realizar nombramientos para puestos en el gobierno durante un supuesto período de receso del Senado, en un intento por evitar que el Senado tuviera que confirmar a sus nominados.
El pasado viernes por la mañana, un jurado compuesto por tres jueces de la Corte de Apelaciones del Circuito del D.C. anuló por unanimidad los nombramientos para la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo (NLRB), que el presidente Obama alegó que se efectuaron “en período de receso” congresional. Los nombramientos se realizaron hace más de un año, de modo que la sentencia invalida de forma potencial cierto número de medidas adoptadas desde entonces por la NLRB. Además, los cinco miembros de la NLRB no pueden actuar sobre ningún asunto sin que exista quórum, por lo que la exclusión de sus miembros nombrados ilegalmente deja sin quórum a este órgano.
La Cámara de Representantes aprobó el pasado viernes un proyecto de ley que derogaría la “lotería de la diversidad” para los inmigrantes y la sustituiría por un nuevo programa que concedería “tarjetas verdes” (permisos de residencia legal permanente) a ciertos licenciados en las facultades de ciencia y tecnología de Estados Unidos nacidos en el extranjero.
Los tratados internacionales parecen una buena idea, especialmente cuando afirman proteger a las personas vulnerables. El problema es que Estados Unidos ya hace más que cualquier otro país por garantizar la igualdad de derechos de su pueblo y la ONU sólo quiere tener el poder de interferir en la legislación americana.