El movimiento de la administración es un intento de implementar los elementos principales de la ley DREAM, un controvertido proyecto de ley que ha sido propuesto ante Congresos controlados tanto por los demócratas como por los republicanos pero al que siempre le han faltado votos para ser aprobado como ley. Habiendo fracasado en el Poder Legislativo, ¿cómo puede hacer esto el Ejecutivo?
¿Cómo es de cotidiano este despilfarro? Dado el tremendo tamaño y alcance del gobierno (que está previsto que gaste $6.3 billones este año) es imposible precisarlo. Pero igual de perniciosa que los incontables miles de millones derrochados es la enfermiza actitud que se ha apoderado de Washington y que se está extendiendo como una metástasis por todo el país. Es uno de los irresponsables derechos a beneficios por el que las personas que viven del monstruo burocrático automáticamente toman y gastan más a la vez que hacen menos, sin tener en cuenta a aquellos que alimentan sus apetitos.Esto no es lo que los Fundadores tenían en mente.
Mientras la Corte Suprema delibera si la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible (PPACA), más conocida como Obamacare, debería seguir siendo ley en la nación, la administración Obama está ocupada trabajando para asegurarse de que Obamacare se implemente. El periódico The Hill informa de que la Casa Blanca ha asignado 500 millones de dólares al Servicio de Impuestos Internos (IRS) para poner en práctica Obamacare:
La Corte hoy escucha argumentos orales sobre uno de los temas más importantes de los últimos 65 años: Saber si la Constitución faculta al Congreso a exigirles prácticamente a todos los americanos que compren u obtengan seguro médico. La respuesta a esa pregunta determinará si el Leviatán federal de verdad sigue siendo un gobierno limitado, con poderes enumerados o si la división de poderes entre el gobierno federal, por un lado, y los estados y el pueblo, por el otro, por fin ha sido borrada. En resumen, el argumento de hoy va al corazón mismo de nuestra república “federalista”, enfrentando a dos visiones radicalmente diferentes sobre el papel del gobierno nacional en nuestras vidas.
Además de los miles de regímenes reguladores que la administración Obama ya ha implementado (costándole a Estados Unidos miles de millones de dólares), hay más en camino, lo que promete continuar desbaratando la economía y obstaculizando el crecimiento del empleo. El Congreso puede y debería tomar medidas para poner esta carga reguladora bajo control y que así los americanos puedan ser libres para hacer que el motor económico del país se mueva a todo vapor una vez más.