Ayer se cumplieron 11 años de la invasión liderada por Estados Unidos en Afganistán, que se lanzó justo tres semanas y media después de los atentados del 11 de septiembre. Recientemente, se alcanzó la marca de la baja número 2,000 entre las tropas de Estados Unidos en Afganistán. Esta cifra (junto con el horror de los “ataques desde dentro” cometidos por soldados afganos contra los aliados) requiere de una explicación acerca de la situación en la que se encuentra Estados Unidos en Afganistán.
La crisis de la eurozona nos ha proporcionado un experimento natural sobre cómo abordar una grave recesión. Y los resultados de ese experimento no han beneficiado la simplista visión keynesiana de que la solución es más y mayores préstamos. Los altamente endeudados países del sur de Europa decidieron operar con grandes déficits fiscales como consecuencia de la crisis y ahora afrontan agobiantes cargas de deuda así como unos mercados laborales que siguen siendo poco competitivos.