Los presidentes de la “Alianza del Pacífico” (Chile, Colombia, Perú y México) se reunieron la semana pasada en Cali, Colombia, para firmar un acuerdo que elimina los aranceles sobre el 90% de su comercio de mercancías. Sin duda, se trata de una buena noticia. El Congreso y la administración Obama deberían prestar más atención a este bloque comercial, considerablemente más pragmático y menos ideológico que otros de la región (por ejemplo, la ALBA, el CELAC y UNASUR, todos ellos chavistas).
El presidente Obama estará de visita en Ciudad de México desde hoy hasta el 4 de mayo, donde se reunirá con su homólogo mexicano Enrique Peña Nieto.
Ambos líderes políticos han dejado claro que quieren cambiar de conversación y no dejar que la violencia desbocada y la persistente crisis de seguridad en México, que se ha cobrado más de 60,000 vidas desde 2006, dominen los titulares.
El nuevo presidente de México, Enrique Peña Nieto, ha dejado claro que su reelección no marca una vuelta a los antiguos tiempos de corrupción y clientelismo cuando su partido (el Partido Revolucionario Institucional, PRI) y los sindicatos del sector público dependientes de este gobernaron México prácticamente sin oposición durante 70 años.