La política respecto a Medio Oriente del presidente Obama continúa desenvolviéndose con peligrosas consecuencias para los intereses nacionales de Estados Unidos y los de sus aliados. El pasado lunes, el movimiento palestino Hamás, de carácter islamista y extremista, se integró en un gobierno de unidad nacional con su movimiento rival, al-Fatah, la facción dominante dentro de la Organización para la Liberación de Palestina.
Es improbable que Israel y Palestina alcancen un verdadero acuerdo de “paz” si no hay más temas sobre los que puedan estar de acuerdo. El secretario Kerry debería tener cuidado de no crear la expectativa de que estas conversaciones van a ser diferentes simplemente porque Estados Unidos tenga nuevos negociadores. De hecho, debería aprender de los errores del pasado.
Israel anunció el jueves pasado que había derribado un avión no tripulado que se aproximaba a su costa a unos ocho kilómetros al oeste de la ciudad de Haifa, al norte del país. Los responsables israelíes comentaron que el avión no tripulado provenía del Líbano y que probablemente era una aeronave de fabricación iraní y perteneciente a Hizbolá.
Un F-16 israelí derribó el avión no tripulado con un misil aire-aire y la Armada israelí lo está tratando de recuperar.